miércoles

Cabrito guisado con patatinos y pimientos asados







Tomás Montoro
 
Palacio de Cutre


(La Goleta - Villamayor, Piloña)








Ingredientes (para cuatro personas)

1´8 kg. de cabrito troceado (no muy pequeño)
Una cebolla grande
Un puerro
Dos dientes de ajo
Un pimiento verde pequeño
Un pimiento rojo grande
Una cuchara de pimentón dulce
Un vaso de vino blanco
200 gr. de tomate frito
 Una hoja de laurel
Sal y pimienta
Aceite


Elaboración




































Picar la verdura y rehogar en una cazuela con aceite.
Cuando este pochado añadir el cabrito; darle unas vueltas y añadir el pimentón, el vino, la hoja de laurel y cubrir con agua.
Dejar cocer hora y media aproximadamente.
Pasado este tiempo,  añadir el tomate, la sal y la pimienta,  probar y rectificar.
Una vez cocido sacar el cabrito y pasar la salsa.
Freír unos patatinos.
Juntar todo y dar un hervor. 


Tomás Montoro
Palacio de Cutre

(Villamayor, Piloña)


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Restaurante Palacio de Cutre

Si el asunto del comer tan sólo tuviera que ver con la nutrición, hace tiempo que lo hubiéramos resuelto a base de unos comprimidos con tantos gramos de proteínas, tantos de glúcidos, tantos otros de lípidos y unos cuantos miligramos de vitaminas y minerales.  Por fortuna, los humanos hemos aprendido que hay formas mucho más agradables de ingerir los nutrientes que nuestro organismo precisa. De ahí que para el común de los mortales no sea lo mismo comer (cualquier cosa, en cualquier lugar  y de cualquiera manera), que disfrutar  (deleitándose, sin prisa,  de un apetitoso plato, en un paradisíaco escenario y en amena compañía) con la comida.

Eso es lo que debieron pensar Alejandra Iglesias y Javier Álvarez cuando, a finales del pasado siglo, tomaron la decisión de restaurar una casona del siglo XVI y convertirla en el escenario ideal para el disfrute gastronómico.




Palacio de Cutre
La Goleta, s/n (ver mapa)
Villamayor (Piloña)
Teléfonos: 985 708 072



En un lugar de singular belleza, asomado al valle del Piloña y con la sierra del Sueve a las espaldas, se levanta este palacio que,  tras las oportunas labores de restauración a que se vio sometido, revive pasados esplendores convertido en lujoso escenario donde se deleitan y aquietan los sentidos. Lo que un día fuera una de las residencias palaciegas de la Casa de Cutre, con propiedades en  Caravia, Colunga, Parres, Piloña y Ribadesella, se ha convertido en cautivador hotel (del cual, sin duda tendremos que ocuparnos en un próximo artículo) y exquisito restaurante.

Bien está para empezar... Bien están los sillares enmarcando puertas y ventanas; bien los arcos carpaneles y las vigas de tallada madera en las techumbres. Bien los amplios espacios, la capilla, el roble centenario y el paisaje que envuelve el conjunto de verdes y calizas. Bien está todo eso, pero no basta cuando de darle gusto al gusto hablamos. Para asunto tan capital se necesita contar con alguien que domine los secretos de los fogones. Y esa parcela está dirigida casi desde los inicios por Tomás Montoro,  un cocinero salmantino que forjó sus saberes culinarios en tierras cántabras y que, tras varios años en El Segoviano de Castro Urdiales,  tuvo a su cargo los  pucheros de El Capricho, esa joya de Gaudí ubicada en  Comillas.


De amplia y sólida formación,  Tomás mima el producto, de ahí que varíe la carta dos o tres veces al año. De ahí, también, que desde ya hace unos años dediquen la segunda quincena de noviembre a la celebración de unas jornadas que tienen a la caza y las setas como sus principales protagonistas. No obstante, hay algunos platos que se mantienen a pesar de las rotaciones: cosas del éxito y de la demanda de los clientes.  Tal sucede, por ejemplo,  con el Pitu de caleya guisado al vino tinto con verduritas o el Cabrito guisado con patatinos y pimientos rojos asados (En el siguiente enlace puedes ver la RECETA). No son éstos, los únicos platos con sabor asturiano que encontramos en la carta.  Ahí están, sin ir más lejos,   los Tortos de maíz con adobo casero y huevo frito o el Entrecot de buey con salsa cabrales y puré de manzana




La oferta se completa con un Menú degustación y un Menú fin de semana, integrado por una entrada, un plato principal (de carne o pescado) y un postre casero (¿qué tal Arroz con leche de los de antes?).

Bien, recapitulemos. Casona del siglo XVI ubicada en plena naturaleza, lejos del ajetreo urbano; comedor con vistas al verde y las montañas; cocina de temporada, que trata bien al producto, con buenos quesos de la tierra y algunos de los platos más sugerentes de la gastronomía asturiana... Queda dicho más arriba: no es lo mismo comer (cualquier cosa, en cualquier lugar  y de cualquiera manera), que disfrutar  (deleitándose, sin prisa,  de un apetitoso plato, en un paradisíaco escenario y en amena compañía) con la comida.


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OTROS ENLACES REFERIDOS A GASTRONOMÍA


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Somao: atalaya sobre la ría del Nalón

Pravia, Somáo, vista de la desembocadura del Nalón
Además de ser el más largo de Asturias, el cauce del  Nalón  acoge las aguas de que corren por un tercio de la superficie de la región. A lo largo de sus 145 kilómetros de recorrido va modelando el paisaje: excava, limpia, transporta, allana, deposita... conformando maravillosas panorámicas que deleitan a todos cuantos recorren sus riberas (sirvan de ejemplo los dos tramos de la denominada Ruta del Nalón: Peñaflor-Grullos y Grullos-Beifar).  Con todo, es  su tramo final, conocido como Ría del Nalón o Ría de San Esteban de Pravia,  el que probablemente haya concitado mayor número de admiradores.

Y en ello algo habrá tenido que ver la «colonia artística de Muros», auspiciada por Casto Plasencia e integrada por un grupo de afamados pintores que durante  los últimos años del siglo XIX pasaron temporadas más o menos largas  en la zona de la desembocadura del Nalón. Algunos de pintura de Tomás García Sampedro, ellos, prendados por la belleza del paisaje, plasmaron en sus lienzos aquel escenario de suaves laderas y pequeños pueblos que acompañan al majestuoso Nalón en el momento en que entrega sus aguas al Cantábrico. Uno de los puntos elegidos por los pintores era Somáo, perfecta atalaya desde la que se contemplan las tierras de Muros de Nalón y de Soto del Barco divididas por las aguas del Nalón, y tierra natal de Tomás García Sampedro, integrante activo de la «colonia» y autor de la pintura de la derecha.

Fuera por la difusión de las obras de los pintores de la «colonia», algunas de las cuales fueron reproducidas en las revistas ilustradas de la época, fuera por la llamada que por la tierra chica sintieron algunos emigrantes o fuera por cualquier otra razón, lo cierto es que en los primeros años del siglo XX, algunos indianos deciden construir en los mejores oteadores de Somao sus viviendas. De ahí que en la actualidad,  el visitante cuente con dos poderosos atractivos para acercarse a esta localidad praviana: disfrutar de las alabadas vistas  de la desembocadura del Nalón y admirar sus villas palaciegas (ver mapa). 

Casa amarilla

Pravia, Somao, Casa amarilla Pravia, Somao, Casa amarilla
Esta vivienda, cuya obra finalizó en 1912, fue proyectada por el arquitecto Manuel del Busto, tras recibir el encargo de un indiano nacido en Somao que hizo fortuna en Cuba. Concebida como residencia de vacaciones, llama la atención del visitante tanto por la privilegiada situación donde se ubica, como por el llamativo color amarillo de sus azulejos. A destacar también, su otra seña de identidad: la torre situada en el ángulo noreste del edificio y que está rematada por un chapitel

Chalet de Solís o El Marciel

Pravia, Somao, El Marciel
Fue otro emigrante a Cuba, que regresó convertido en indiano enriquecido,  quien encargó la construcción de esta casona, finalizada en 1910 y  conocida durante un tiempo como Chalet de Solís, por el apellido de su primer morador. A su muerte, tuvo la vivienda nuevo propietario y nuevo nombre: El Marciel, acrónimo de «mar» y «cielo».
El edificio, de clara influencia francesa, tiene planta cuadrada don dos alturas y bajo cubierta. En la fachada principal destaca un mirador central que descansa sobre columnas. En la posterior, las galerías acristaladas.

La Casona

Pravia, Somao, La Casona Pravia, Somao, La Casona La Casona. El también indiano Gabino Álvarez, enriquecido en Cuba con los negocios ultramarinos, decidió construir en Somao una residencia veraniega. Las obras se iniciaron en el año 1900 con proyecto del arquitecto Francisco García Nava. En la fachada principal destaca la gran escalinata que sirve de acceso; las otras tres están rodeadas por galerías que descansan sobre columnillas de hierro fundido.

El mausoleo

Pravia, Somao, La Casona, mausoleo
Años después, García Nava recibió el encargo para construir un mausoleo familiar en el jardín de La Casona. La edificación, de estilo modernista con inspiración centroeuropea, se ha convertido en una de las construcciones más emblemáticas de Somao al tiempo que en uno de los mejores ejemplos de la estética modernista en la región.

Casa de doña Basilisa

Pravia, Somao, Casa de doña Basilisa
De esta vivienda, que perteneció a la hija de un indiano que hizo fortuna en Cuba y que está situada al borde de la carretera de acceso a la localidad, destaca sobremanera su amplia galería acristalada la cual, sorprendentemente, no mira a la ría y el mar, sino que está orientada hacia el caer del sol.

Aunque probablemente los ejemplos que aquí se muestran sean los más representativos de la arquitectura indiana de Somao, no son los únicos. El visitante atento encontrará otras (Casa de Tomás de Pachín, Casa de las columnas, Casa de Marcelo Cantera o Villa Radis). Un paseo por la localidad le mostrará también otras construcciones erigidas por los capitales indianos para beneficio la colectividad, como las antiguas escuelas o la  iglesia, construida en 1901. Eso sin olvidarnos del otro gran atractivo que atesora Somao: las vistas sobre la ría y las localidades ribereñas: a un lado Soto del Barco; al otro, Muros de Nalón.

Soto del Barco, vista desde Somao Muros de Nalón, vista desde Somao
Al fondo, hacia el noreste: el encuentro del Nalón con el Cantábrico, la playa de los Quebrantos, La Leva... un paisaje muy similar al que un siglo atrás pintara Tomás García Sampedro desde el altozano de Somao.

vista de la playa de Los Quebrantos desde Somao

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Propuestas

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jueves

Ruta de los molinos

vista de las proximidades del Molino de NelaLa amplia gama de verdes que la naturaleza utiliza  para pintar los paisajes asturianos tiene en el agua uno de sus principales ingredientes.   Agua en todas sus formas y colores. Agua blanca de nieve, agua fina de lluvia, orbayu que nutre y acaricia. Agua que esculpe las torrenteras;  agua que ruge por las laderas; agua que se atesora en embalses y lagunas; agua que mece las riberas.

La naturaleza ha sido generosa, brindando a esta tierra agua en abundancia y quienes viven en Asturias lo han sabido aprovechar, como bien podemos comprobar por rutas y senderos con tradición molinera (la que recorre los del río Profundo en Villaviciosa, la de Cuevas en Ribadesella, la de la cascada de Oneta en Villayón...). Si esto es así en toda la geografía regional, lo es con mayor intensidad en algunas zonas en concreto. Tal es el caso del concejo de Taramundi, lugar de agua abundante  y ejemplo de ingenioso aprovechamiento del cual da buena cuenta el complejo de Os Teixois.

Pues bien, la ruta que hoy os traemos a este espacio recorre una parte de su territorio, mostrándonos, entre otras cosas, tres de los molinos que funcionaron en la zona. Tendremos ocasión de visitar Bres, Cabaza y Teixo, de contemplar espléndidas vistas del norte del concejo y de la costa, de caminar entre pequeños bosques de robles.

Características
  • Tipo: circular
  • Desnivel: 325 metros
  • Dificultad: ▲▲▲▲▲
  • Señalización: buena 
  • Itinerario: Bres - Molino de Guxo - Cabaza - Teixo - Molino viejo - Molino de Nela - Bres
  • Sendero homologado:   PR- AS 22
  • Distancia: 10´5 kilómetros
  • Duración: unas tres horas y media

Situación y distancias


Distancias por carretera a Taramundi, capital del concejo del mismo nombre 

mapa de Taramundi
Pulsa en la imagen para aumentar su tamaño

Cómo llegar al punto de partida
Bres, inicio de la ruta La ruta se inicia en Bres,  localidad perteneciente a la parroquia del mismo nombre a la cual  se accede desde Taramundi por  por la carretera AS-21. Tras recorrer los cerca de cinco kilómetros que la separa de la capital del concejo, nos encontraremos, a la misma entrada, con un panel informativo de la ruta PR-AS 22. Allí mismo podremos dejar nuestro vehículo    (ver mapa).

Empezamos a caminar en dirección a la iglesia parroquial, obviando otras señales que, a nuestra derecha, conducen al Molino de Logares. A la salida del pueblo, en su parte alta, comenzamos a caminar por ancho camino debidamente señalizado.

Ruta de los molinos, camino Ruta de los molinos, un aspecto del sendero
Cuando apenas hemos recorrido unos centenares de metros, no podemos menos de dar media vuelta para contemplar Bres. No será ésta la última vez. A lo largo del recorrido habrá otras ocasiones en las cuales, lo divisaremos desde lo alto. No habrá duda: la inconfundible silueta de la antigua Escuela Hispano Argentina será la prueba irrefutable.

Vista parcial de Bres desde el sendero
No tardaremos en alcanzar el molino de Guxo, en buen estado de conservación, que cuenta con una pequeña central hidroeléctrica.

molino de Guxo, 1 molino de Guxo, 2
molino de Guxo, 3
Tras cruzar el arroyo Frou por un rústico puente de madera, el camino inicia una suave pero prolongada ascensión por una zona boscosa.

Taramundi, puente sobre el arroyo FrouTaramundi, ruta de los molinos, aspecto del sendero Se acaba el bosque y se acaba la subida. Salimos a un claro, el Chao do Cobo, y continuamos por ancho camino tapizado de verde. Tras otra pequeña subida alcanzamos Cabaza, una pequeña aldea que cuenta tan sólo con cuatro viviendas.

Taramundi, Cabaza
Seguimos ascendiendo, atravesando praderías y pequeños bosquetes con predominancia de robles. A nuestra izquierda, en lo alto, alcanzamos a ver las primeras casas de Teixo, lugar al que no tardaremos en llegar.

Taramundi, Teixo
La localidad, situada a unos 600 metros de altitud y lugar de inicio de la denominada Ruta del Ouroso, nos ofrece unas inmejorables vistas de la zona norte del concejo, así como la posibilidad de contemplar una buena colección de cabazos, tradicionales construcciones de la zona destinadas al almacenamiento del maíz y de otros productos de la tierra.

Cabazo en Teixo (Taramundi) Teixo (Taramundi)
Aunque los molinos sean los protagonistas de esta ruta, tampoco vamos mal surtidos de hórreos y cabazos, muestra de un pasado no tan lejano en el que la agricultura era la actividad preponderante en buena parte de la región y sus paisajes estaban repletos de varas de hierba como ésta que fotografiamos a salida de Teixo.

Taramundi, Teixo, vara de hierba
Dejamos atrás las últimas edificaciones y cuando el asfalto se convierte de nuevo en camino, iniciamos el descenso por un sendero que atraviesa una zona bien poblada de especies autóctonas y algún que otro pinar.

Taramundi, ruta de los molinos, pinar Taramundi, ruta de los molinos, rama con líquen Volvemos a encontrarnos con el agua y con los molinos. Primero el Molino Viejo.

Taramundi, ruta de los molinos, Molino Viejo
Un poco más allá, entre la espesura, el Molino de Nela.

Taramundi, ruta de los molinos, Molino de Nela
Desde aquí iniciamos el que será el último ascenso. Al cabo del rato, por algún que otro claro que se abra entre la frondosa vegetación, las edificaciones de Bres, cada vez más cercanas, nos anuncian nuestra próxima llegada.

Taramundi, Bres, hórreo Taramundi, Bres, vista
De regreso, acabada la ruta, aún nos queda una sugerencia: para los que no hayan tenido bastante, para los que se hayan quedado con ganas de ver más molinos, en Bres puedes tomar otro sendero que, en unos quince minutos conduce al Molino de Lagares.

Taramundi, Bres, Molino de Lagares
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Últimas rutas publicadas:
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domingo

Solomillo de jabalí con puré de coliflor y castañas salteadas con jamón


Solomillo de jabalí



Luis Rubio Quintana
 
Al son del indiano


(Malleza, Salas)








Ingredientes

solomillo de jabalí con puré de coliflor, ingredientes
Para el solomillo
Una solomillo de jabalí
Sal
Pimienta
Para el puré de coliflor
Una coliflor
Una cebolla
½ litro de nata
Sal
Pimienta
Para las castañas
Castañas
Agua
Sal
Jamón serrano en dados
Salsa de soja

Elaboración


solomillo de jabalí con puré de coliflor solomillo de jabalí con puré de coliflor

solomillo de jabalí con puré de coliflor solomillo de jabalí con puré de coliflor

solomillo de jabalí con puré de coliflor solomillo de jabalí con puré de coliflor













Puré de coliflor
Cocer la coliflor en agua y sal.
Pochar la cebolla cortada muy fina con sal y pimienta. Añadir la coliflor hervida y escurrida.
Dejar hacerse unos minutos todo junto y agregar la nata.
Dar un hervor y triturar.
Castañas salteadas con jamón
Cocer las castañas con agua y sal.
Trocear y saltear con un poco de jamon serrano en tacos y un poco de aceite.
Añadir un chorro de salsa de soja y dejar reducir. Reservar en caliente.
Solomillo de jabalí
Limpiar y cortar el solomillo de jabalí, salpimentar y marcar en una sarten muy caliente por todos los lados.
Terminar en el horno a 180 ºC durante 5 minutos

solomillo de jabalí con puré de coliflor

Colocar un cordón de puré de coliflor y encima el solomillo de jabalí, después salsear con las castañas y el jamón salteado con la salsa de soja.


Luis Rubio Quintana
Al son del indiano

(Malleza, Salas)






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OTROS ENLACES REFERIDOS A GASTRONOMÍA


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