Por suerte para todos, existe una ruta de fácil caminar que lo recorre de un extremo al otro, de Navia a la playa de Barayo (o viceversa): un itinerario de unos dieciocho kilómetros que el grupo local de montaña Peña Furada dio a conocer en el año 1988 cuando organizó la I Travesía de la Costa Naviega.
Aunque para algunos es la distancia su principal dificultad (debes contar con un vehículo que te recoja al final del trayecto o, de no ser así y tener que regresar al inicio, recorrer a pie los treinta y seis kilómetros que suman la ida y la vuelta), a nosotros nos parece una longitud muy adecuada: la dividimos en dos y así disfrutamos dos veces de este excepcional paisaje.
Así que en esta ocasión vamos a recorrer el sector más oriental del litoral naviego, el comprendido entre las playas de Barayo, en el límite con el concejo de Valdés, y la de Frejulfe (Frexulfe), con parada obligada en Puerto de Vega.
Características
- Tipo: lineal
- Dificultad: ▲▲▲▲▲
- Itinerario: playa de Barayo-Puerto de Vega-playa de La Llosera-castro de El Castiel-playa de Frejulfe, y regreso
- Desnivel: unos 100 metros
- Distancia: alrededor de 19 kilómetros
- Duración: entre cinco horas y media y seis
Situación y distancias
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Cómo llegar al punto de partida
La playa de Barayo, lugar de inicio de la ruta, se encuentra a unos 13 kilómetros de la capital del concejo, distancia que recorreremos en unos 20 minutos, primero por la carretera N-634 y el último kilómetro por una carretera local. Si accedemos desde el centro de la región por la A-8, la Autovía del Cantábrico, no es preciso llegar a Navia: en las proximidades de Luarca tomaremos la salida de la N-634 en dirección Otur, poco después de atravesar esta localidad encontraremos la desviación que nos conduce a la playa, en cuyas proximidades encontraremos una amplia zona de aparcamiento.
Basta con asomarse y contemplar la panorámica que se abre ante nuestros ojos... ya no hace falta decir que la bajada a la playa es obligada. Queda a nuestro criterio decidir si lo hacemos ahora o al regreso. En cualquier caso no estaría de más que le echarais un vistazo al artículo (Barayo, un monumento de playa) que le hemos dedicado hace ya un tiempo.
Cuando nos decidamos a iniciar la ruta no tendremos ningún problema: desde el aparcamiento sale un sendero bien marcado. El primer tramo discurre por el borde occidental de la playa, fotografiada una y otra vez.
Al llegar a El Cuerno, el camino que hasta ahora seguía rumbo N o NE, se orienta hacia el oeste surgiendo ante nosotros la que será estampa habitual de nuestro recorrido por el litoral naviego: un verde tapiz suspendido sobre los acantilados.
Esta sí que es una senda litoral. Todo el recorrido discurre muy próximo a la línea dibujada de punta a punta, de ensenada a ensenada. Tras recorrer poco más de cuatro kilómetros divisamos Puerto de Vega, otro punto que aparece remarcado en nuestro mapa, pues esta bella localidad marinera merece una visita pausada.
Después de disfrutar de un reconfortante paseo por el muelle de, después de contemplar algunas de los edificios más emblemáticos de Puerto de Vega (el Casino, la Casa de Cachón o la de Trelles, donde falleciera Jovellanos) nos dirigimos hacia la Atalaya. Allí, en las proximidades de la capilla de la Telaya, pondremos de nuevo rumbo al oeste para proseguir nuestra caminata por la senda de la costa naviega.
Aunque el escenario del nuevo tramo es bien parecido al que nos condujo de Barayo a Puerto de Vega, encontramos algunos puntos relevantes, como la playa de La Llosera –una pequeña ensenada de arena y cantos–, la isla de Soirana o los restos de un castro conocido como El Castiel.
La sucesión de entrantes y salientes que los encuentros entre el mar y los acantilados van dibujando en el sendero, se interrumpen de pronto al abrirse en el horizonte la amplia ensenada donde se localiza la playa de Frejulfe (Frexulfe), declarada Monumento Natural en 2002 por la importancia del entorno (estuario, sistema dunar...) y la singularidad de algunas de las especies que allí se encuentran.
Los ochocientos metros de distancia que existen entre la desembocadura del río Frexulfe (al este) y la Punta de El Pico (al oeste) la convierten en la más larga del concejo de Navia, aunque no sea de las más utilizadas por quienes disfrutan de los baños de mar, en razón de esa misma longitud y de su carácter de playa abierta, apenas protegida.
Lo de Monumento Natural le viene de la importancia de algunas de las especies vegetales existentes en el entorno, como el junquillo salado (Eleocharis parvula) –en peligro de extinción, siendo aquí el único lugar de todo el litoral cantábrico donde aún se encuentra–, la broza fina o los cañaverales.
Toca disfrutar, sin prisa, de todo cuanto nuestros ojos contemplan. Tiempo habrá de iniciar el regreso, momento que aprovecharemos para hacerlo de aquellos lugares que nos hayamos saltado en la ida o de aquellos otros que queramos ver ahora con más detenimiento. Quizás también, si no lo hemos hecho al principio, de la playa de Barayo, lugar de inicio de esta caminata y adonde habremos de volver.
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