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domingo

Senda de la cascada del Nonaya

Imagen de la cascada del Nonaya
Una ruta fácil, cómoda. De esas que, además de gozar de bellos parajes, nos deja tiempo para disfrutar del patrimonio artístico y de la gastronomía del concejo que visitamos: una jornada completa, vamos.

Aunque de corto recorrido, el Nonaya es el río de Salas, pues recorre de oeste a este el territorio municipal. Nace en la sierra de Bodenaya y, tras atravesar la villa, desemboca a la altura de Cornellana para verter sus aguas al Narcea.

Antes de llegar a la capital del concejo, forma una cascada que no es muy conocida. Aunque no resulte muy espectacular –nada que ver con esos grandes saltos de agua que aparecen en los documentales– llegarnos hasta ella, contemplar su cambiante fisonomía, escuchar su continua melodía, resulta la excusa perfecta y gratificante para disfrutar de un paseo por una senda que se adentra en un frondoso bosque de ribera a la orilla del Nonaya y que desde antiguo ha sido lugar de paso para cuantos peregrinos  se dirigen a Santiago.


Características
  • Tipo: lineal (ida y vuelta)
  • Dificultad: ▲▲▲▲
  • Calificación: sendero local (SL AS-22)
  • Desnivel: alrededor de 200 metros
  • Itinerario: Salas - fuente de Paín - puente de Borra - puente de Carcabón - cascada del Nonaya - Salas
  • Distancia:  unos siete kilómetros
  • Duración: dos horas - dos horas y media

Situación y distancias

Distancias por carretera a Salas, capital del concejo del mismo nombre

Cuadro de situación y distancias. Concejo de Salas


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Cómo llegar al punto de partida

Salas, plaza de La Campa
Iniciamos la ruta en el centro mismo de la villa de Salas, en la plaza de La Campa. Allí se encuentran algunos de sus edificios más emblemáticos como el palacio de Valdés Salas, construido en el siglo XV  y dedicado en la actualidad a funciones hoteleras y de promoción turística; también la Torre medieval,  que está unida al palacio por un pasadizo o puente con forma de arco de medio punto y en cuyo interior se localiza el Museo Prerrománico de San Martín.

Tiempo habrá, al regreso, para deleitarnos con estos y otros edificios singulares que jalonan esta histórica villa. Toca ahora localizar el panel indicativo de la ruta que aquí iniciamos y que se encuentra situado allí donde termina el empedrado de la plaza.

Siguiendo las indicaciones, tomamos la calle Ondinas, al final de la cual encontramos un camino que nos conducirá a la denominada fuente de Paín en cuyas inmediaciones nos toparemos con el río Nonaya, que nos acompañará durante buena parte del recorrido con el reconfortante runruneo de sus aguas.

Fuente del Paín Río Nonaya en las inmediaciones de la fuente de Paín
 Caminamos a la orilla del río. Primero unas pomaradas, luego algunas plantaciones de eucalipto, para adentrarnos poco después en un bosque de ribera. Agua, verde... y alguna que otra sorpresa. Entre los troncos que salpican el paisaje aparecen los restos de lo que tiempo atrás fue una antigua mina de caolín.

Cargadero de una antigua mina de caolín

El camino es ancho y de buen firme. No debemos de olvidar que andamos por una vía de comunicación que fue muy transitada, pues antes de que fuera construida la carretera nacional (CN-634) era la ruta que comunicaba Salas con el alto de La Espina. De la consideración e importancia que se le concedió en su momento dan  cuenta la buena conservación de algunos de los puentes que nos encontramos a nuestro paso. Fueron construidos en los siglos XVII y XVIII y siguen cumpliendo su función sin grandes achaques, con buena presencia, como podemos constatar en esta imagen del denominado «puente de Borra».

El camino a su paso por el puente de Borra, construcción de los siglos XVII-XVIII

Río arriba, el camino toma una ligera pendiente. El bosque se hace más denso por momentos, adquiriendo gran belleza.

Una imagen del camino

Imagen del bosque por el que discurre la senda

De vez en cuando encontramos alguna señal que nos recuerda que estamos transitando por la ruta que conduce a Santiago. Al llegar a las inmediaciones del segundo puente tendremos que abandonarla  por un sendero descendente que nos conducirá de nuevo hasta las aguas del Nonaya.

Desvío a la cascada Vista del puente del Carcabón desde el sendero que conduce a la cascada
Cuando alcancemos el segundo puente del recorrido, el del Corcobón, encontraremos a la derecha del camino un desvío debidamente señalizado. Pocos metros después, apenas iniciado el descenso, tendremos ocasión de comprobar el esmero que se puso en la construcción de este antiguo camino real. Basta fijarse en el arco de medio punto que sustenta este paso, en los sillares utilizados...

Seguimos descendiendo. El agua suena cada vez más cerca. Vamos de nuevo al encuentro del Nonaya. El ruido va aumentando poco a poco el volumen. Allí, entre los troncos, se esconde el salto del agua.

Vista de la cascada Vista parcial de la cascada
El ruido del agua descontrolada, saltando alegremente fuera de cualquier cauce que la encorsete y  la modele, acelera nuestros pasos. Ciertamente no cae desde una gran altura, como comprobamos al acercarnos. Es igual, la caída trepidante del agua dibujando variadas y cambiantes formas, la atrayente y rítmica melodía que inunda el escenario, tienen algo de fascinante o de hipnótico y la cámara fotográfica se pone en acción.

No hay prisa para abandonar el lugar. Cuando decidamos volver, lo haremos por el mismo camino de la ida. Y ya en Salas habrá ocasión de completar la visita.

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Salas, puente sobre el ríoSALAS: UNA VILLA CON HISTORIA. La villa de Salas ofrece al visitante un patrimonio histórico de gran riqueza, motivo por el cual fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1994. Cuentan las crónicas que en este lugar había un castillo, que ya en el siglo XII se calificaba como «antiguo», a cuyos pies se establecería un asentamiento: la puebla de Salas (finales del siglo XIII). De la importancia de la población y de algunos...





sábado

Casa Ricardo

Salas, Cornellana, Casa Ricardo, fachadaDos son los elementos que  han dado sonoridad turística a  Cornellana: el monasterio de San Vicente y el río Narcea. Para peregrinos, pescadores y senderistas el lugar es uno de los señalados, bien como lugar de paso –un alto en el Camino–, bien como destacado destino para disfrutar de una jornada de pesca o de un reconfortante paseo  por la orilla del río (Sendero del salmón).
De ahí que no falten las casas de comidas dispuestas a atender cumplidamente a cuantos, movidos por una u otra razón, se acercan a esta localidad ribereña y de camino. La mayoría se encuentran en el tramo de la carretera de Asturias a Galicia que la cruza, la que hasta hace bien poco era la principal vía de comunicación entre las tierras gallegas y las asturianas.

Salas, Cornellana, Casa Ricardo, fachada

  
Casa Ricardo 
Avda. Prudencio Fernández Pello, 82
Cornellana, Salas (ver mapa)
Teléfono: 985 834 440


logo casa comidas



A la hora de elegir, nos quedamos con Casa Ricardo. Por fuera no hay nada que llame la atención. De hecho, el edificio parece algo desvencijado y necesitado de una capa de pintura. Y si miras por los cristales pensarás que te has equivocado. Claro, no es allí. La entrada se encuentra unos metros más a la derecha: cruzamos una puerta grande, bajamos unos escalones...

Salas, Cornellana, Casa Ricardo, interior Y llegamos adonde queríamos. El aspecto es mucho mejor que el que se adivinaba desde el exterior: piedra, madera... y calor humano: ese agradable runruneo de avisados comensales reunidos en torno a una mesa prestos a saborear cuanto ha salido de la cocina.
Si el tiempo es propicio hay quienes prefieren comer al aire libre y optan por las mesas instaladas en la pradera, que a modo de merendero, se encuentra anexa. Cuestión de gustos, de la temporada y del estado del tiempo.
En fin, una vez resuelto el tema de la ubicación, vamos al asunto del comer, que a eso hemos venido.

Empecemos por la Carta, no muy extensa pero bien equilibrada y sugerente. En la sección de Pescados, tres sugerencias clásicas: Bacalao a la vizcaína, Fritos de pixín y Lenguado relleno. En cuanto a las Carnes hay que recomendar un delicioso Pitu de caleya, sin desechar ni la Chuleta de novillo, el Cachopo, los Escalopines al cabrales o el Cabrito guisado: cuestión de gustos.

Cornellana, Casa Ricardo, Arroz caldoso con marisco

Entre las Raciones la oferta es bastante clásica (Calamares, Chipirones, Pulpo, Mejillones a la marinera, Lacón cocido...), aunque no faltan especialidades no tan frecuentes como los Tacos de adobo, el Chosco o el Picadillo. Ineludibles las Croquetas caseras y la Tabla de quesos asturianos (Cabrales, Afuega´l pitu, La Peral y Vidago).

Cornellana, Casa Ricardo, Bacalao a la sidra

Queda la opción del Menú, siempre recomendable, con precio cerrado y ofertas muy sugerentes, como la que aquí se muestra:

  • Primer plato: Fabada, Arroz caldoso de marisco, Revuelto de setas y langostinos
  • Segundo: Pitu de caleya guisado, Montadito de chosco, Bacalao a la sidra
  • Postres: Tocinillo con helado, Tarta de queso, Tarta de almendra.
Es de señalar que aunque no te ofrecen la sidra entre las bebidas incluidas, no hay problema para realizar el cambio sin incremento del precio.


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OTROS ENLACES REFERIDOS A GASTRONOMÍA



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Google

domingo

Solomillo de jabalí con puré de coliflor y castañas salteadas con jamón


Solomillo de jabalí



Luis Rubio Quintana
 
Al son del indiano


(Malleza, Salas)








Ingredientes

solomillo de jabalí con puré de coliflor, ingredientes
Para el solomillo
Una solomillo de jabalí
Sal
Pimienta
Para el puré de coliflor
Una coliflor
Una cebolla
½ litro de nata
Sal
Pimienta
Para las castañas
Castañas
Agua
Sal
Jamón serrano en dados
Salsa de soja

Elaboración


solomillo de jabalí con puré de coliflor solomillo de jabalí con puré de coliflor

solomillo de jabalí con puré de coliflor solomillo de jabalí con puré de coliflor

solomillo de jabalí con puré de coliflor solomillo de jabalí con puré de coliflor













Puré de coliflor
Cocer la coliflor en agua y sal.
Pochar la cebolla cortada muy fina con sal y pimienta. Añadir la coliflor hervida y escurrida.
Dejar hacerse unos minutos todo junto y agregar la nata.
Dar un hervor y triturar.
Castañas salteadas con jamón
Cocer las castañas con agua y sal.
Trocear y saltear con un poco de jamon serrano en tacos y un poco de aceite.
Añadir un chorro de salsa de soja y dejar reducir. Reservar en caliente.
Solomillo de jabalí
Limpiar y cortar el solomillo de jabalí, salpimentar y marcar en una sarten muy caliente por todos los lados.
Terminar en el horno a 180 ºC durante 5 minutos

solomillo de jabalí con puré de coliflor

Colocar un cordón de puré de coliflor y encima el solomillo de jabalí, después salsear con las castañas y el jamón salteado con la salsa de soja.


Luis Rubio Quintana
Al son del indiano

(Malleza, Salas)






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OTROS ENLACES REFERIDOS A GASTRONOMÍA


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sábado

Sendero del salmón

río Narcea Hay documentos que hablan de que en tiempos pasados abundaban los salmones en los ríos asturianos, hasta el punto de que, según se dice, no era extraño que en las moradas de los ribereños, aún en las más humildes, se consumiera de vez en cuando. Ya en el siglo XX,  hubo quien vio que el salmón era no sólo una fuente de proteínas para quienes vivían en las riberas de los ríos, sino también  un buen reclamo turístico para quienes disfrutaban con la pesca, que empezaron a llamar deportiva. Fue en la década de los cincuenta del pasado siglo, cuando el extinto Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA) se dedicó a repoblar con alevines los ríos asturianos. Fue a partir de entonces cuando ríos y pozos se hicieron habituales para el creciente número de aficionados a la pesca que, provenientes de diversos lugares de España y el extranjero, llegaban a la región dispuestos a capturar tan preciada pieza: Sella, Cares, Esva... Trevías, Brieves, Niserías... Fue a partir de entonces cuando el río Narcea empezó a figurar en lugares destacados de esta lista y cuando Cornellana se convirtió en una de las capitales de la pesca deportiva del salmón. Y no queriendo perder ese lugar principal, la localidad ribereña decidió en el año 1999 convertirse en la sede de la Feria del salmón, la única de España dedicada en exclusiva a la pesca deportiva.

No es de extrañar que Cornellana sea el origen (y el final) del Sendero del salmón, una ruta que  nos permitirá disfrutar del paisaje de la ribera del Narcea y de las construcciones tradicionales que encontraremos a lo largo del itinerario.


Características

  • Tipo: lineal
  • Itinerario: Cornellana - Rondero - Láneo - Bárcena - Láneo - Cornellana
  • Dificultad: ▲▲▲▲▲
  • Señalización: buena
  • Sendero homologado:  PR-AS 128
  • Distancia: alrededor de  22 kilómetros
  • Duración: unas seis horas y media

Situación y distancias


Distancias por carretera a Salas, capital del concejo del mismo nombre


mapa de Salas
(Pulsa en la imagen para aumentar su tamaño)

Cómo llegar al punto de partida

Cornellana, puente
Iniciaremos la andadura en Cornellana, a unos diez kilómetros de la capital del concejo, más concretamente en las proximidades del puente que existe a la salida de esta localidad en dirección a Oviedo. Pasado el puente encontramos un buen lugar para dejar el coche (ver mapa). Retornamos caminando hasta una desviación que, por camino asfaltado, se dirige en dirección sur hacia el pueblo.



Al poco de empezar a caminar nos encontramos con una escala salmonera y, enseguida, la iglesia de San Juan y el antiguo monasterio románico de San Salvador de Cornellana, fundado en el año 1024 por la hija del rey Bermudo, la infanta Cristina, de quien cuenta la leyenda que, perdida por los bosques asturianos, logró sobrevivir gracias a la ayuda de una osa.

monasterio de Cornellana, 1 monasterio de Cornellana, 2
monasterio de Cornellana, fachada oeste
Para visitar el interior hay que ponerse en contacto con el párroco (teléfono 985 834 020), si no lo hemos hecho nos habremos de conformar con contemplar el exterior, que no es poco.

Bordeando la cabecera de la iglesia continuamos por el camino para encontrarnos a unos cuatrocientos metros con un campo de fútbol que dejaremos a nuestra izquierda. Al poco, llegaremos a Rondero para continuar por un sendero que atraviesa la fértil vega del Narcea, conocida en toda la región por la calidad de sus fabes y de otros productos hortícolas. Hasta no hace muchos años en estas tierras se cultivaba una especie tan singular en Asturias como el tabaco, cuya producción se enviaba a la fábrica  de Cimadevilla, en Gijón.

valle del Narcea en las proximidades de Rondero Rondero, hórreo
No tardamos en reencontrarnos con el Narcea. La melodía de su ansiosa corriente acompasa nuestros pasos en aquellos tramos en los cuales el sendero se dibuja en paralelo.


río Narcea
Tras superar un pequeño repecho, alcanzamos las primeras casas de Láneo, lugar que cuenta con magníficos ejemplos de construcciones agrícolas tradicionales: pajares, hornos, hórreos y paneras. Estas últimas, siguiendo la costumbre de la zona, suelen situarse en lugares elevados, en ocasiones encima de las viviendas. Aunque ya hemos visto otros ejemplos a lo largo del camino, es aquí donde más ejemplares se conservan.

Láneo, casa de Longoria

En un recodo de la carretera se alza la Casa de Longoria, construcción solariega de 1861 que cuenta con dos pisos y galería en el altillo, con muros de mampostería y sillares en puertas y ventanas. En la actualidad está rodeada por un muro almenado de piedra, tras el que se puede entrever la ermita, las imponentes chimeneas o la panera elevada.

Más adelante, un panel informativo nos indica que estamos en el punto medio del Sendero del salmón y que en las proximidades se encuentran otras edificaciones de interés, como El Llagar, una casona solariega integrada por  vivienda, capilla adosada, panera y palomar de planta circular; o el Palacio del Conde de Peñalba,  edificio del siglo XVII de muros de mampostería y sillares bien escuadrados en esquinas y ventanas.

Láneo, El Llagar Láneo, palacio del Conde de Peñalba
Antes de abandonar el lugar, pasaremos al lado de la casa de Longoria Rivera, una edificación de 1826 que cuenta con planta baja y dos alturas, en cuya fachada destaca el corredor volado de los pisos que se apoya en cuatro columnas de fuste octogonal, que delimitan un porche de acceso.

Láneo, casa de Longoria Rivera
A la salida de Láneo, el sendero inicia una suave pendiente hasta encaramarse a media ladera, quedando el Narcea y su fértil vega a nuestra izquierda. 

vista del sendero valle del Narcea
Continuamos por camino cómodo. Hay tramos en los que al Narcea, oculto entre la vegetación que asciende por la ladera, tan sólo lo escuchamos. De pronto, se abre la balconada y sus aguas dejan de ser sólo ruido.

valle del Narcea, panorámica
Poco antes de llegar a la Garita de Cuérragos el camino  nos lleva hasta la misma orilla del río.

vista de la orilla del Narcea
En el último tramo del recorrido caminamos por la orilla del coto de Las Mestas, uno de los afamados del país.

río Narcea, coto de Las Mestas coto de Las Mestas, pescador










A la altura del pozo salmonero de La Payariega, el camino desemboca en un tramo de asfalto que, después de recorrer unos centenares de metros, nos conducirá a  Bárcena, nuestro destino.

Barcéna, casona Bárcena, capilla
Bárcena, hórreo y arco
 Un paseo por este enclave perteneciente a la parroquia de Alava, nos permitirá comprobar que, como sucede  en el resto del camino, también aquí encontramos valiosas  muestras de arquitectura tradicional. Reconfortada nuestra retina con los bellos rincones que encontramos en Bárcena, iniciamos el camino de regreso poniendo rumbo a Cornellana.


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