jueves

Cangas de Onís, puerta de acceso a Picos

Hay lugares que están escritos con negrita en la historia de los pueblos. Tal sucede con Cangas de Onís, topónimo estrechamente vinculado a la Reconquista, habida cuenta de que en sus proximidades tuvo lugar la batalla de Covadonga (722) y que en la villa residiera la Corte asturiana hasta que el rey Silo, coronado en 774, la trasladara a Pravia.

Por si el protagonismo que estos escenarios desempeñaron en el pasado común no fuera atractivo suficiente para el visitante, Cangas de Onís, capital del concejo del mismo nombre, disfruta de una privilegiada situación en la vega de los ríos Güeña y Sella (ver mapa), en el vértice noroccidental del Parque Nacional de los Picos de Europa: la CN 625 (Cangas de Onís- Riaño), lo bordea por el oeste; la comarcal AS-114 (Cangas de Onís- Panes), por el norte, lo cual le confiere el papel de puerta de acceso a los Picos.

Historia y naturaleza son dos elementos de gran atractivo para el visitante que han convertido a Cangas de Onís en un activo centro turístico y comercial, que hoy os proponemos visitar. Para empezar nada mejor que contemplar este grabado publicado en 1882 en las páginas de La Ilustración Española y Americana.


Algunos puntos de interés



El llamado «puente romano» es una de las imágenes más conocidas de la villa canguesa. Aunque es obra del siglo XIV o XV es posible que pudiera haber sustituido a otro anterior de época romana. Fue durante mucho tiempo el único de piedra que salvaba el río Sella, lo cual le confería una gran importancia en las comunicaciones entre Asturias y Cantabria.












Ermita de la Santa Cruz
Fue voluntad del rey Favila, hijo y sucesor de Pelayo, edificar una capilla sobre un dolmen aquí existente. El edificio original sufrió diversas modificaciones a lo largo de la historia y en 1936 fue destruido, perdiéndose entonces la inscripción alusiva a su fundación en el año 737. La ermita que ahora contemplamos, construida al inicio de la década de los cincuenta del pasado siglo, presenta en su suelo un amplio orificio que permite contemplar el dolmen.



Casa Dagó
El paseante encontrará algunas casonas palaciegas que reclamarán su atención. Tal es el caso de Villa María, sita en el barrio de Contraquil, o la Casa Dagó construida en la década de los veinte del pasado siglo para el indiano José Dagó. De estilo montañés, tiene planta cuadrada y cierto aspecto de torreón, con prominente alero que descansa sobre ménsulas talladas. Comprada por el extinto Instituto de Conservación de la Naturaleza (ICONA), se convierte en centro de información del Parque Nacional de los Picos de Europa, función que sigue desempeñando en la actualidad.





Casa de Soto
Situado en la transitada calle del Mercado, es un edificio de estilo barroco, por más que sufriera distintas modificaciones a lo largo del tiempo. El escudo de armas de la fachada principal atestigua que perteneció a la familia Soto, originaria, al parecer, de Soto de Cangas y poseedora de otras casas en el concejo.
La utilización de sillares labrados y el original tratamiento de los marcos de los balcones dan buena cuenta del esmero de los constructores. La parte izquierda del edificio corresponde a un añadido de principios del siglo XIX.



Villa María
En el barrio de Contranquil, frente a la capilla de Santa Cruz, encontramos la casona conocida como Villa María, que fue construida en los años veinte del pasado siglo por el arquitecto Miguel García Lomás para el indiano Constantino González.
Como rasgos destacados de este edificio de estilo montañés es preciso señalar el torreón, el pronunciado alero de madera, el pórtico de columnas, así como la utilización en los muros de sillar visto, combinado con mampostería enlucida y pintada de color ocre.



Palacio de Cortés
 En el barrio de La Concepción se levanta este edificio renacentista que fue residencia de la familia Cortés, cuyo escudo se puede contemplar en la fachada.
Aunque no se puede acceder al interior del recinto donde está ubicado, sí que podemos observar que cuenta con dos plantas y una tercera abuhardillada. También que se utilizaron sillares para enmarcar los vanos y para rematar las esquinas de los muros.

Sabemos que vivió tiempos mejores y que tuvo por huéspedes a Jovellanos y a la reina Isabel II  que aquí se alojó durante su visita a Covadonga en 1854 ( Por el Camín de la reina).


Antigua iglesia de Santa María de Cangas
Situada en Cangas de Arriba, la que fuera iglesia parroquial de Cangas fue abandonada en el año 1963 cuando se inaugura la iglesia nueva.
El edificio conserva la cabecera gótica y arco toral del siglo XV, el resto pertenece a una ampliación realizada en el siglo XVIII. Actualmente alberga el Aula del Reino de Asturias.



Iglesia parroquial
A pesar de su construcción relativamente reciente, la iglesia parroquial de Cangas de Onís se ha convertido en una de sus imágenes más representativas. Quizás ello sea debido a su original espadaña de tres pisos que le confiere una indudable singularidad.
Construido en 1963, es un edificio de tres naves en el que destaca la torre de treinta y tres metros de altura.



Ayuntamiento
Sito en la Avenida de Covadonga, fue construido a finales del siglo XIX. De corte clasicista, en la fachada principal destaca el cuerpo central saliente, marcado por pilastras, en cuya parte baja se sitúa un pórtico central con dos columnas toscanas; en la planta primera, un balcón con arcos rebajados; y remata el conjunto un frontón triangular.















El mercado dominical es un aliciente más para los visitantes de la localidad canguesa (con título de «ciudad» desde que en junio de 1907 así le fuera concedido). El domingo es un día de intensa actividad para el comercio local pues no sólo se levantan decenas de puestos ambulantes, sino que también los negocios habituales abren como otro día cualquiera, incluidas las tiendas de comestibles y los supermercados: en Cangas todo está abierto.

En el «Mercau» de Cangas de Onís se pueden encontrar todos los productos típicos de los Picos de Europa: hortalizas; diferentes variedades de quesos, especialmente Gamoneu y Cabrales; embutidos elaborados con carne de cerdo, pero también con la de jabalí y ciervo, miel y artesanía.


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Algunas pistas de interés en  el concejo de Cangas de Onís

Olla de San Vicente
Vega de Orandi





Casa Manuela
Corao, la nueva patria del alemán




Covadonga
Santa Eulalia de Abamia
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Otros lugares de interés

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lunes

Desfiladero de Les Xanes

Vista de un tramo de la ruta El sendero que recorre el desfiladero de Les Xanes es uno de los más conocidos y visitados de Asturias. Y no es de extrañar, dada su proximidad a la zona central de la región, la más poblada,la belleza del lugar, y la escasa dificultad del recorrido.
Corto en longitud pero de gran hermosura, es una profunda grieta en las estribaciones de la sierra del Aramo, a los pies de La Mostayal, Peña Rey o el monte de Rebollada, por cuyo fondo discurre el arroyo Les Xanes o Viesca.
El sendero que lo recorre es relativamente reciente, pues fue abierto a mediados del siglo pasado, excavando el camino en la pared de la roca, para comunicar los pueblos de La Rebollada, Dosango (ambos del concejo de Santo Adriano) y Pedroveya (Quirós) con el valle del Trubia.


Características
  • Tipo: lineal (ida y vuelta)
  • Itinerario: Área recreativa El Molín de las Xanas- Pedroveya- Área recreativa
  • Dificultad: ▲▲▲▲▲
  • Sendero homologado: PR AS-187
  • Señalización: no tiene pérdida
  • Desnivel: unos 360 metros
  • Distancia: algo menos de ocho kilómetros
  • Duración: alrededor de tres horas

Situación y distancias


Distancias por carretera a Villanueva, capital del concejo de Santo Adriano



Pulsa en la imagen para aumentar su tamaño


Cómo llegar al punto de partida

La ruta comienza en el área recreativa El Molín de les Xanes, en el kilómetro 11 de la carretera AS- 228 que comunica Trubia con Villanueva, en las proximidades de esta localidad. Tras dejar el vehículo en el aparcamiento allí existente (ver mapa), tomaremos la carretera que asciende en dirección a Tenebredo. A unos 500 metros encontraremos a la derecha el panel explicativo que da inicio a la senda.













A medida que caminamos por el pedrero, contemplando cómo el caserío de Villanueva se aleja a nuestras espaldas, no podemos menos de admirar el tesón de quienes se empeñaron en labrar este sendero, aunque para ello tuvieran que horadar la roca o colgar el camino al borde del precipicio, situado ochenta o cien metros por encima de las inquieta aguas del fondo.



Sendero labrado en la roca
Después del espectáculo de este primer tramo, el escenario va a cambiar por completo. El sendero se adentra por terreno boscoso y nos encontraremos con ese río del cual sólo hemos sabido por el rugir de sus aguas al fondo del desfiladero. Podremos contemplar, al fin, las aguas del arroyo a la vera del camino.



Puente de madera sobre el arroyo
Al final del bosque, tras vencer algunos repechos, convertidos últimamente en sucesión de peldaños, llegamos a un claro, antesala del final de nuestro camino. A nuestra espalda podemos contemplar la imagen del desfiladero que hemos recorrido; al frente, Pedrovella con su iglesia de San Antonio en primer término.




Llegados hasta aquí, merece la pena acercarnos hasta Pedroveya antes de emprender el camino de vuelta por el mismo recorrido, aunque también existe la posibilidad de regresar por la denominada «ruta de Valdolayés», tras subir hasta el vecino pueblo de Dosango.


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jueves

Santa María de Bendones

Oviedo, iglesia de Santa María de BendonesResulta un tanto sorprendente que, sabiendo como se sabía de la existencia de una iglesia prerrománica en el lugar, pues así consta en una escritura de 905 por la que el rey Alfonso III dona a la catedral de Oviedo, entre otros edificios, «la villa e iglesia de Santa María de Bendones», hubiera que esperar hasta mediados del siglo XX para que sea identificada como tal. En fin...

Será Joaquín Manzanares quien en 1954, tras un detallado estudio de las ruinas en que se había convertido la iglesia tras el incendio sufrido en agosto de 1936, llegue a la conclusión de que aquel era el edificio, la iglesia que Alfonso III había donado a la mitra ovetense en los primeros años del siglo IX.

La iglesia, cuya reconstrucción se llevó a cabo a finales de la década de los cincuenta del pasado siglo, se encuentra en Bendones (ver mapa), parroquia ovetense situada a unos seis kilómetros de la capital, Oviedo, iglesia de Santa María de Bendones, fachada esteen una desviación de la carretera que la comunica con la localidad de Tudela Veguín.


La reconstruida Santa María de Bendones tiene una sola nave, con tres capillas en la cabecera, siendo la central la única con constancia cierta de contar con bóveda de cañón por cubierta.




A los pies presenta otros tres recintos: el central con función de pórtico y los laterales, presentes también en otras iglesias de la época, presumiblemente para alojamiento de peregrinos. Al norte y sur de la nave y comunicadas con ésta, se adosan dos nuevas estancias que, presumiblemente, tendrían función de sacristías.


Oviedo, iglesia de Santa María de Bendones, pórtico Oviedo, iglesia de Santa María de Bendones, pórtico

Oviedo, iglesia de Santa María de Bendones, pórtico Oviedo, iglesia de Santa María de Bendones, fachada norte
En cuanto a la cubierta, parece ser que, con la salvedad de la capilla central y quizás también las laterales, era de madera, de ahí que no quedara rastro tras el incendio del treinta y seis.

Oviedo, iglesia de Santa María de Bendones, ventana trífora
En las labores de reconstrucción, se incluyó encima de la capilla central una estancia sin acceso directo, presente en San Julián de los Prados, San Tirso y otros edificios de la época, habida cuenta de la aparición de buena parte de los restos de una ventana con tres huecos separados por columnillas (ventana trífora).

Señalar por último que, tal y como se puede observar en las fotografías, los arcos que se conservan son de medio punto y realizados con ladrillo, lo cual era habitual en las construcciones de la época de Alfonso II, una prueba más para quienes defienden su inclusión entre los edificios erigidos por el citado rey de la monarquía asturiana.

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Algunas cosas más  acerca del prerrománico asturiano


Oviedo, Santa María del Naranco SANTA MARÍA DEL NARANCO. A unos tres kilómetros del centro de Oviedo, en la ladera sur del monte Naranco, se alza esta joya del prerrománico que el rey Ramiro I mandara construir hace más de mil ciento cincuenta años, para mayor gloria del Reino de Asturias. El edificio, concebido originariamente como residencia palaciega...



Oviedo, San Pedro de Nora SAN PEDRO DE NORA. En un precioso lugar, teñido de bucólico verdor y envuelto en transparente sosiego, a la vera de las fluviales aguas que por esta zona se empeñan en ir dibujando el lindero que une las tierras del concejo de Las Regueras con las de Oviedo, hallamos la iglesia de San Pedro de Nora, cuyas piedras se levantaron por primera vez hace...



Villaviciosa, Valdediós VALDEDIÓS: EL VALLE ELEGIDO. Es un valle tapizado de bosques y pastizales, regado por las aguas del arroyo Asta y protegido por la sierra costera. Un paisaje de gran belleza que cautivó de tal manera a Alfonso III, que allí mandó construir una residencia palatina, lugar de retiro y cobijo para...



Oviedo, San Julián de los Prados SAN JULIÁN DE LOS PRADOS: EL COLOR DEL PRERROMÁNICO. Aunque no conocemos el año de su construcción, sí sabemos que lleva en pie más de mil ciento setenta años. A pesar de su longeva edad y de la agresión constante que para sus piedras suponen los miles de vehículos que transitan a diario por las proximidades, sigue siendo una de las joyas del prerrománico asturiano...



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lunes

De la playa de Castello a Viavélez

Viavélez
Se nos ponen los dientes largos al imaginarnos ese sendero proyectado para recorrer la costa asturiana de un extremo al otro, desde Cantabria hasta Galicia, desde Tinamayor al Eo. Poco a poco se van recuperando algunos tramos para el disfrute de todos. De algunos de ellos ya hemos dado cuenta. Toca hoy recorrer una parte de la costa de El Franco, la que discurre entre la playa de Castello y la bella localidad de Viavélez.


Características

  • Itinerario: playa de Castello - Viavélez - playa de Castello
  • Dificultad: ▲▲▲▲
  • Señalización: buena
  • Sendero homologado, forma parte del GR-E 9
  • Distancia: unos 13 kilómetros
  • Duración: alrededor de tres horas

Situación y distancias


Distancias por carretera a La Caridad, capital del concejo de El Franco

mapa de El Franco
(Pulsa en la imagen para aumentar su tamaño)


Cómo llegar al punto de partida

A unos dos kilómetros al este de La Caridad se encuentra la playa de Castello (ver mapa), el lugar desde el que iniciaremos nuestra andadura costera. Dejaremos el vehículo en el aparcamiento de esta playa de cantos rodados, la mayor de todas las del concejo, en cuyas inmediaciones se encuentra el castro denominado El Castellón.

playa de Castello, 1 playa de Castello, 2










Después de ascender hasta la cota de la rasa costera, ponemos rumbo al oeste por camino bien marcado entre frondosa vegetación, que, de claro en claro, nos permite contemplar el infatigable Cantábrico. Habiendo caminado apenas un kilómetro, llegaremos a nuestra primera parada: la playa de Cambaredo.

playa de Cambaredo playa de Cambaredo, 2











Tras la parada para fotografiar una y otra vez cada rincón de la playa, ascendemos de nuevo dispuestos de reemprender nuestro camino sin saber que no tendremos más remedio que volver a parar en el área recreativa situada en el llano.

playa de Cambaredo, esculturaplaya de Cambaredo, área recreativa















Proseguimos nuestra ruta por sendero de tierra hasta que nos encontramos con la carretera procedente de Llóngara, por la que caminaremos algo más de medio kilómetro, hasta que en una desviación a la derecha, debidamente señalizada, nos devolverá a la linde costera. Unos minutos después, iniciaremos el descenso a la playa de Pormenande.

playa de Pormenande playa de Pormenande, 2











No nos podremos quejar. Caminamos por la rasa, un ligero descenso y nos damos de bruces con una playa. Llevamos tres, y las tres preciosas. Claro está, que todo lo que bajamos hay que volver a subirlo. Tras disfrutar de la playa de Pormenande, la más utilizada por los bañistas de las tres, caminamos al borde de una nueva área recreativa, a cuyo término un letrero nos indica que debemos girar hacia la derecha. Continuamos por camino terrero, pasando por una zona arbolada que da paso a otra de cultivos. Allá a lo lejos surge la silueta de una casona que se convierte en nuestro próximo objetivo.

Al llegar a las antiguas escuelas de Viavélez, un indicador nos incita a desviarnos de nuestro camino: «Palacio Jardón».

Palacio Jardón Palacio Jardón, 2











La Villa San Jorge, como originariamente se denominó, fue construida en 1914 por iniciativa del Eduardo Jardón Perissé y de su esposa, la franquina Teresa Ron Magdalena, para ser utilizada como residencia veraniega, pues sus propietarios residían habitualmente en Madrid.

El palacete, que tiene una superficie de cerca de dos mil metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas, está enclavado en una finca de 16.000 metros ajardinados. Cuenta además con garaje, vaquería y casa para los guardeses.

Retornamos a la zona de las antiguas escuelas y proseguimos el camino en dirección a Viavélez. No tardamos en llegar a la atalaya desde la que contemplaremos las primeras imágenes de esta preciosa localidad marinera.

Vista de Viavélez
Desde entonces, la cámara fotográfica no parará ni un momento, intentando captar cada rincón de este pequeño valle que se asoma al mar, en la desembocadura del río Vio.


Viávelez, una vivienda Viavélez, calle

Viavélez, muelle Viavélez, muelle 2

Bueno. Vale. Volveremos. Pero toca ahora emprender el camino de vuelta, hacia la playa de Castello donde hemos dejado el vehículo.

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