La propuesta de hoy parte de la capital del concejo y se dirige hacia poniente, recorriendo tres parroquias: Llanes, Poo y Celorio.
Características
- Tipo: lineal
- Dificultad: ▲▲▲▲▲
- Itinerario: Llanes (Paseo de San Pedro) - Poo - playa de San Martín - ermita de San Martín - Celorio - playa de Las Cámaras y regreso.
- Señalización: buena
- Sendero homologado: forma parte del G.R. E-9
- Distancia: trece kilómetros
- Duración: cuatro horas
Situación y distancias
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Cómo llegar al punto de partida
Como quiera que el sendero tiene su inicio en el Paseo de San Pedro, procuraremos dejar nuestro vehículo en las proximidades, preferentemente en la Avenida de Las Gaviotas, que discurre paralela al paseo (ver mapa).
La ruta, ciertamente, no podía empezar mejor, pues recorrer este paseo construido a mediados del siglo XIX con las aportaciones de los vecinos ―y de los llaniscos de América― que acudieron a la suscripción popular abierta por el Ayuntamiento, resulta el aperitivo perfecto para nuestro itinerario.
Son centenares de metros sobre mullida hierba colgada sobre el mar; centenares de miradas hacia el sur para contemplar la silueta de la Sierra del Cuera que se alza sobre los restos de la ciudad medieval; centenares de miradas para contemplar las innumerables formas que dibuja el oleaje cantábrico sobre los acantilados. Caminamos hacia el Oeste, con la vista puesta en la Punta de Xarri, que pone límite a la línea de acantilados.
Antes de llegar al final del paseo, tomamos una desviación a la izquierda, debidamente señalizada, que por una zona urbana en expansión nos llevará al borde de la carretera que une la capital del concejo con Poo. Aunque pudiera parecer que todo está pensado para que este tramo que nos separa de la vecina localidad se realice por la acera, nosotros preferimos adentrarnos por un sendero que a pocos metros, a la altura de un paso a nivel sin barreras, se desvía a la izquierda. Una señal destinada a los peregrinos a Santiago nos animó a ello. Y acertamos.
Acertamos, pues se llega y se llega por buen camino que nos conduce directamente al edificio que albergara las antiguas escuelas, convertido hoy en Centro Regional de Artesanía y Artes Plásticas.
Un poco más adelante nos encontramos con la iglesia parroquial de San Vicente, construida en 1868 con dinero indiano. Del edificio es de destacar la torre-campanario que se sitúa a los pies del templo formando un porche ante la puerta oeste.
Pasamos a la vera del campo de la iglesia donde podemos observar una estatua sedente, obra de Sebastián Miranda erigida en 1911 en honor de Egidio Gavito Bustamante, un ilustre hijo Poo, alcalde y secretario del Ayuntamiento de Llanes, al que el pueblo quiso agradecer el legado para una fundación de las escuelas públicas del lugar.
Llegamos a la carretera, aquella que abandonamos a la salida de Llanes, y toca ahora retroceder un pequeño tramos hasta encontrarnos con el indicador que nos encaminará hacia la playa de Poo.
El arenal tiene forma de concha y está protegido de los embates del Cantábrico por los murallones que forman los acantilados. Cuando reanudamos la marcha y contemplamos la playa desde lo alto podemos hacernos una idea más completa. Situada en la margen derecha del río Vallina, muestra una fisonomía bien diferente en función de las mareas: en bajamar queda al descubierto una amplia zona de arena; según transcurren las horas, el mar, remansando su bravura inicial, va avanzando lentamente ocupando todo el cauce de la ría.
Dejamos atrás el arenal de Poo y avanzamos hacia la vecina playa de San Martín, en cuyas inmediaciones encontraremos las ruinas de la ermita de San Martín.
La estratégica situación de las ruinas, al pie del acantilado, nos brinda la ocasión de enmarcar el maravilloso paisaje que desde allí se contempla, bien sea hacia la sierra, bien hacia el mar, salpicado de numerosos islotes o castros, que es como se les conoce por el lugar (Castro Gaitero, Castro San Martín...).
Reanudamos la marcha por ancho sendero que toma dirección suroeste buscando las primeras casas de Celorio. Una vez llegados a esta localidad de gran atractivo para los veraneantes, seguimos la dirección de la playa.
Ya en las proximidades, encontramos el monasterio benedictino de San Salvador, elemento vertebrador de la historia de Celorio desde el mismo momento de su fundación, allá por los inicios del siglo XII. El cenobio, que fue lugar destacado en el camino de Santiago y gozó de amplias propiedades en el oriente asturiano producto de las muchas donaciones recibidas, vivió diversas vicisitudes en sus muchos años de historia, que tuvo su conclusión en 1835 con la desamortización de Mendizábal. Pasó entonces a manos privadas y posteriormente, hacia 1919, fue adquirido por la Compañía de Jesús.
El paso de los siglos ha dejado huella en el edificio. De la construcción románica original, sólo se conserva la torre. El resto es producto de las sucesivas reformas que se fueron realizando, especialmente en los siglos XVI y XVII, de alguna de las cuales ha quedado constancia en los muros de la fachada de la iglesia, donde podemos encontrar un sillar con la inscripción «AÑO 1660».
El monasterio se encuentra situado a orillas del Cantábrico, muy próximo a la playa de Las Cámaras (también conocida como playa de Los Frailes), punto final de nuestro recorrido. Así que, toca ahora iniciar el camino del regreso el cual, aunque sea por el mismo recorrido, seguro que, por aquello de las luces y las mareas, nos deparará nuevas estampas, diferentes a las que hemos disfrutado a la venida.
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Que maravilla en todo. Por los paisajes de la costa, por esos caminos ancestrales... Las fotos me encantan. Una ruta preciosa.
ResponderEliminarUn abrazo,
Luis.
Es un paseo cómodo y tranquilo, fácil de hacer además con unas vistas preciosas.
ResponderEliminarUn saludo