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De San Pedro de Nora a Puente Gallegos

Varios son los afluentes que vierten sus aguas al cauce del Nalón, el más largo y caudaloso de la región. La mayoría lo hace por su margen izquierda, alimentándolo con las aguas procedentes de la Cordillera. De los de su margen derecha, el más importante es el Nora, al menos en lo que a longitud se refiere pues con sus 61 kilómetros tan sólo es superado por el Narcea.
El río Nora tiene su nacimiento en las proximidades de Valvidares, en la zona donde las tierras de Sariego limitan con las de Villaviciosa. Tras recorrer Siero de Este a Oeste, dibuja las lindes del concejo de Oviedo con los de Llanera y Las Regueras, en donde, poco antes de entregar sus aguas al Nalón, ha modelado en la zona que se conoce como Meandros del Nora, un paisaje de gran belleza como se puede atisbar en la fotografía.
Pues bien, la ruta de hoy tiene a este río como protagonista, pues discurre por las tierras del concejo de Las Regueras que se asoman a sus aguas, entre el puente de San Pedro de Nora y el de Gallegos.


Características
  • Tipo: lineal
  • Dificultad: ▲▲▲▲
  • Desnivel: 120 metros
  • Itinerario: San Pedro de Nora - El Campanal - Quexu - Puente Gallegos - Quexu - El Campanal - San Pedro de Nora
  • Señalización: buena
  • Sendero homologado: forma parte del G.R. E-9
  • Distancia: algo más de nueve kilómetros
  • Duración: alrededor de tres horas y media

Situación y distancias


Distancias por carretera a Santullano, capital del concejo de Las Regueras



Pulsa en la imagen para aumentar su tamaño


Cómo llegar al punto de partida
Desde la capital del concejo nos dirigimos hacia Escamplero por la AS-232. Allí tomaremos la AS- 233, dirección Trubia; tres kilómetros después llegaremos a los pies de la iglesia prerrománica de San Pedro de Nora, en cuyas inmediaciones podremos dejar el vehículo (ver mapa).

Antes de empezar a caminar, no deberíamos desaprovechar la ocasión de contemplar la iglesia de San Pedro de Nora, una construcción que cuenta con unos mil doscientos años de antigüedad, pues, según los entendidos en la materia las semejanzas con San Julián de los Prados y Santa María de Bendones apuntan a que es obra del tiempo de Alfonso II (760-842).

Puesto que esto no es más que el principio, hora es de empezar a caminar. Así que cruzamos la carretera y tomamos la senda ligeramente ascendente que, tras pasar al lado del cementerio, nos conducirá hasta la orilla del río Nora.

Caminando por su ribera, sombreados por la frondosa vegetación, no queremos ni imaginarnos lo que sería de este lugar si el sistema de depuración de la ciudad de Oviedo no funcionara de forma correcta y suficiente. En fin, confiemos en que los responsables del asunto sepan lo que se hacen y sigamos adelante.

Pasaremos primero bajo los viaductos de la autovía Oviedo-La Espina, poco después nos sorprenderemos al toparnos con un lavadero del que no podemos menos de preguntarnos qué pinta aquí, a la vera del río, alejado de cualquier asentamiento humano... La senda bordea la margen derecha del Nora, siguiendo sus curvas; primero en dirección noreste, luego hacia el sureste. Llegados a un punto, el camino se separa bruscamente del río ganando altura en dirección hacia El Campanal.



Alcanzadas las casas de El Campanal, un nuevo paisaje se abre a nuestra vista. Allá abajo, queda ahora la autovía; y más abajo aún, las aguas del Nora que se resisten a quedar ocultas bajo la verde y frondosa espesura.


Ascendemos ahora por el camino dibujado en una ladera cubierta de matorral y moteada con algunos eucaliptos. Hacia el sur se dibuja la silueta de la Sierra del Aramo.



Tras atravesar un viejo bosque de castaños centenarios, alcanzamos un tramo llano de unos quinientos metros que nos llegará hasta la localidad de Quexu.



Desde aquí podemos contemplar unas vistas excelentes de la vega del Nora. Hacia el este los edificios de Oviedo recortan las siluetas de las sierras.

Nos espera ahora un tramo descendente en busca nuevamente del río. Los primeros metros los realizamos por un carril habilitado en la carretera, luego por una estrecha senda, hormigonada en su mayor parte.



Durante el descenso se abre ante nosotros la vega del Nora. En esta zona el río dibuja el límite entre las tierras de Las Regueras y las de Oviedo. De hecho, los dos extremos del puente de Gallegos, lugar al que nos dirigimos, son la puerta de entrada a cada uno de los dos concejos.

Llegamos a Gallegos y no podemos menos de cruzar la carretera para avanzar hasta el puente y contemplar una vez más las aguas del Nora, protagonista de esta ruta por el concejo de Las Regueras.
Iniciamos el camino de regreso y claro: todo lo que hemos bajado a la venida toca ahora ascenderlo; así que el primer tramo es cuesta arriba.

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