La fama de la sidra de Tiñana viene de lejos (véase el artículo «Cuidar la sidra, en el centenario de la Estación Pomológica de Tiñana»), y muchos son los que han participado en alguna de las espichas (banquetes en torno a un tonel de la rica bebida) que de forma más o menos esporádica se organizaron en esta tierra.
Para dar satisfacción a tanta demanda, hace ya unos años que los propietarios de Sidra Quelo decidieron abrir el local que protagoniza este comentario.
El Llagar de Quelo
Fueyo, 21
Tiñana (Siero)
Teléfonos: 985 792 932
Tiñana (Siero)
Teléfonos: 985 792 932
Llegar hasta allí resulta bien fácil, tanto si lo hacemos desde Pola de Siero, la capital del concejo, como desde Oviedo. En este último caso, se toma la Autovía del Cantábrico en dirección a Santander y unos cinco kilómetros después tomamos la Salida 29 «Granda Este». En la glorieta seguimos la indicación Tiñana y no tardando llegaremos al Llagar, que está debidamente señalizado.
El local cuenta con varias zonas para comer, con merendero y terraza en el exterior y varios comedores en el interior.
Después de curiosear por aquí y por allá, la de la terraza resulta una buena opción: un lujazo si, como es el caso, el tiempo acompaña. Bien por el espacio, resulta muy acogedor. Veamos ahora qué tal resulta lo de la cuchara y el tenedor.
Contamos con varias opciones, como a nosotros nos gusta. En cuanto a las raciones, la lista resulta de lo más sugerente: Parrillada de verduras; Calamares (frescos); Cazuela de pulpo, gambas y almejas; Tortos (con bacalao y pisto; con jamón y foie; con picadillo y huevo; con buey y cebolla confitada); Tortilla de bacalao...
Si optamos por un menú más contudente, podemos elegir una buena Fabada, un Repollo con almejas o el Menú del día, que por un precio razonable nos permite elegir entre dos primeros, dos segundos y varios postres.
Bien sea antes o después de la comida, resulta muy aconsejable aprovechar la ocasión para dar un pequeño paseo por las inmediaciones. A unos cuatrocientos metros se encuentra la iglesia de Santa María que, aunque reconstruida tras los daños sufridos durante la Guerra Civil, nos muestra el aspecto de las iglesias rurales asturianas del siglo XVII: cuerpo rectangular, nave elevada, sacristía adosada, pórtico lateral con pequeñas arcadas y una bella portada abocinada con tres arquivoltas. Unos metros más adelante, en una bifurcación de caminos nos encontramos con El Llagarón, una construcción centenaria que habla del cariño con el que la parroquia trató siempre a la manzana. No en vano en Tiñana estuvo instalada durante muchos años una estación pomológica. Dependiendo de la posibilidad de que esté abierto para la celebración de algún acto social, quizás tengamos ocasión a la bajada, camino de la glorieta, de visitar el Palacio de Meres que, por ser de propiedad privada, no suele estar abierto al público.
OTROS ENLACES REFERIDOS A GASTRONOMÍA
===========================================
No hay comentarios:
Publicar un comentario